Es muy importante que a la hora de buscar nuestro seguro de caza, nos fijemos en las coberturas, más que en su precio. Debemos ser conscientes que estamos practicando una actividad de riesgo y los accidentes de caza pasan cuando menos se esperan.
Es importantísimo también que la compañía que nos respalde esté especializada en el sector cinegético, ya que además de la experiencia acumulada frente a otro siniestros, tendrá unas coberturas específicas para nuestra actividad.
Tomamos muchas medidas de precaución, pero siempre estaremos expuestos y debemos estar bien protegidos. Por ello, un buen seguro de caza garantizará la tranquilidad tanto a la hora de practicar nuestra pasión venatoria, como salvaguardar nuestro patrimonio frente a cualquier imprevisto que pueda suceder.
Dentro de caza mayor y caza menor hay distintas figuras que en menor o mayor medida participan de ambas modalidades. Tenemos claro que los propios cazadores, aquellos quienes están en el puesto o van en mano con sus armas dispuestas, son los actores principales, pero no podemos olvidarnos de aquellos que trabajan o colaboran de una manera secundaria pero no por ello menos importante.
Es aquí donde aparecen las figuras de los perreros, arrieros, postores, guías, etc., quienes hacen posible el buen desarrollo de una determinada modalidad.
No podemos olvidar a nuestros fieles compañeros los perros de caza, sin los cuales muchas de nuestras modalidades cinegéticas serían prácticamente imposibles de desarrollar. Y es que no hay nada más fascinante para un montero como oír una ladra acercándose a su puesto o a un perdicero observar la muestra estática de su pointer.
Todas estas acciones comentadas necesitan de unas terceras personas para darles forma. Es aquí donde entran en escena dueños de coto, juntas directivas, guardas de finca, orgánicos, etc.
Cada uno de estas figuras que se han ido desgranando anteriormente, tiene más o menos responsabilidad en el transcurso de una jornada de caza, y desde Mutuasport disponemos de un seguro específico para cada una de ellas.
La responsabilidad civil frente a un siniestro en un accidente de caza, puede implicar a muchas figuras que tienen un mayor o menor grado de implicación en una jornada cinegética, o en la organización de la misma, ya sea previa o posterior.
Por ejemplo, cuando un orgánico, jefe de batida, o sociedad de cazadores organiza una jornada de caza colectiva, deben ser conscientes que además de tener los permisos y autorizaciones administrativas para su celebración, deben contar con un seguro de montería, batida o gancho, y además en el caso de las sociedades de cazadores, un seguro de juntas directivas. Toda incidencia que pueda ocurrir en la preparación o desarrollo de estas jornadas, puede derivar subsidiariamente en los terceros organizadores o promotores.
Es por ello una buena costumbre entre las sociedades de cazadores o cuadrillas, pedir a todos los participantes su seguro de cazador al comienzo de la temporada. Esta es una medida de protección social frente a las juntas directivas y/o socios de las mismas.
Sería conveniente también que el organizador exija a los dueños de las recovas su seguro de rehalas en el que esté inscritos todos sus perros de caza. Así mismo, en las sociedades de caza, habría que pedir el seguro de perros de caza a todos aquellos socios que cacen acompañados de sus cánidos. Los perros en la acción de cazar pueden acarrear accidentes que repercuten al dueño u organizador y por ello deben tener seguro apropiado y con buenas coberturas que le respalde en caso de accidente.
Pero no solo esto, para poder organizar legalmente una cacería también debe haber un seguro de coto, para que el titular del terreno esté cubierto por los daños que puedan producir terceros y por si tiene que hacer frente su responsabilidad civil subsidiaria ante una posible negligencia de los cazadores.
Toda cobertura es poca frente a las miles de situaciones e incidencias que pueden derivarse de la acción cinegética, y cada una de las figuras implicadas de una forma más o menos directa, deberían tener cubierta su responsabilidad. Los lamentos llegan más tarde una vez que suceden las cosas.
Y lo mismo pasa con las competiciones de caza, es un evento que participan muchas personas y asisten muchos familiares y amigos y es fundamental tener un buen seguro de competiciones que cubra cualquier tipo de imprevisto.
Para finalizar, desde Mutuasport queremos advertir a todos los cazadores que contratar un buen seguro de caza nunca es una mala inversión, porque los accidentes de caza ocurren cuando menos te los esperas y cuando se producen queremos tener la mejor compañía que nos respalde.
Os dejamos el link a nuestra web para más información: www.mutuasport.com/Seguros
Imágenes: www.freepik.es
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